Júpiter, el gigante del sistema solar, es un planeta fascinante que ha cautivado a la humanidad desde hace siglos. Su tamaño y su belleza han sido objeto de estudio e inspiración para científicos y artistas por igual. Sin embargo, uno de los mayores misterios de este planeta gaseoso es la Gran Mancha Roja, un fenómeno meteorológico que ha dejado perplejos a los expertos durante décadas. Pero recientemente, un grupo de científicos ha logrado arrojar luz sobre este enigmático vórtice y su longevidad, revelando datos sorprendentes y fascinantes.
En un artículo publicado en la prestigiosa revista científica ‘Geophysical Research Letters’ de la American Geophysical Union, investigadores de varias universidades españolas y del Centro Nacional de Supercomputación (CNS-BSC), han compartido sus hallazgos sobre la Gran Mancha Roja de Júpiter. Este equipo de científicos ha logrado descifrar el aparato de formación de este fenómeno y su sorprendente longevidad, revelando datos nunca antes vistos.
La Gran Mancha Roja de Júpiter es un vórtice gigante y anticiclónico que se encuentra en la atmósfera del planeta. Este fenómeno se caracteriza por sus bandas de nubes arremolinadas y sus grandes tormentas, siendo la más famosa la misteriosa Gran Mancha Roja que lleva años siendo observada. Pero su origen y su longevidad han sido objeto de discusión entre la comunidad científica durante mucho tiempo.
El primer reporte de un fenómeno de esta magnitud en Júpiter fue realizado por el astrónomo Giovanni Cassini en 1665, a quien se le nombró como ‘lugar permanente’. Sin embargo, dejó de ser observado en 1713. Fue inclusive 1831, cuando el astrónomo S. Schwabe volvió a observar la Gran Mancha Roja en la misma latitud, que se empezó a estudiar con mayor detenimiento. Desde entonces, no ha dejado de ser observada y se ha convertido en un verdadero icono del planeta Júpiter, siendo visible incluso con telescopios pequeños.
Durante mucho tiempo, se creía que la Gran Mancha Roja y el lugar Permanente eran el mismo fenómeno, ya que se encontraban en la misma latitud. Sin embargo, los científicos detrás de esta investigación han descartado esa teoría. Gracias a sus simulaciones numéricas realizadas en superordenadores españoles como el MareNostrum IV del CNS-BSC, han logrado predecir que este fenómeno tiene una longevidad de más de 190 años.
Además, los datos obtenidos de estas simulaciones han permitido a los investigadores descartar otras teorías sobre la formación de la Gran Mancha Roja. Se ha demostrado que no se debe a la fusión de vórtices ni a una supertormenta, sino que su origen está relacionado con una perturbación en el flujo de los vientos opuestos al norte y al sur de Júpiter.
Los vientos del norte, que se dirigen hacia el oeste a una velocidad de 180 km/h, chocan con los vientos del sur que se dirigen hacia el este a una velocidad de 150 km/h. Este choque genera un enorme remolino anticiclónico que hace crecer el seno de la Gran Mancha Roja, con vientos en la periferia que circulan a una velocidad impresionante de 450 km/h. Estos datos son realmente asombrosos y demuestran la complejidad de este fenómeno meteorológico.
Esta investigación es un gran avance en el estudio de la Gran Mancha Roja de Júpiter. Gracias a ella, se han descubierto detalles nunca antes vistos y se ha log