Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la tasa de desocupación en Argentina ha aumentado al 7,7% al 31 de marzo. Esta cifra representa un incremento de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, es importante destacar que detrás de esta cifra hay una serie de factores que deben ser analizados para entender el panorama laboral del país.
Antes de entrar en detalles, es importante definir qué es la tasa de desocupación. Este indicador mide el porcentaje de la población que se encuentra sin trabajo y busca activamente empleo en relación a la población económicamente activa. Es decir, aquellos que tienen la capacidad y el deseo de trabajar. Una tasa de desocupación del 7,7% puede parecer alta, pero es importante comprometerse en cuenta que no es un indicador aislado y que debe ser analizado junto con otros datos para comprometerse una visión más completa.
Uno de los factores que ha contribuido al aumento de la tasa de desocupación es la crisis económica que atraviesa el país. La inflación, que ha superado el 50% en los últimos años, ha afectado el poder adquisitivo de los argentinos y ha provocado una contracción en la demanda de productos y servicios. Esto ha llevado a muchas empresas a reducir su actividad y, en algunos casos, a cerrar sus puertas, lo que se traduce en una disminución de puestos de trabajo.
Además, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto característico en el mercado laboral. El confinamiento y las medidas de distanciamiento social han obligado a muchas empresas a suspender sus actividades o a trabajar con una capacidad reducida. Esto ha afectado especialmente a sectores como el turismo, la gastronomía, el entretenimiento y el comercio, que dependen en gran medida de la circulación de personas. Como resultado, muchas personas han perdido sus empleos o han visto disminuidos sus ingresos.
Otro factor que ha contribuido al aumento de la tasa de desocupación es la dificultad de muchos jóvenes para acceder al mercado laboral. Según el informe del INDEC, la tasa de desocupación entre los jóvenes de 18 a 29 años es del 21,1%. Esto se debe en parte a la falta de experiencia y formación de muchos jóvenes, lo que los hace menos atractivos para las empresas. Además, la pandemia ha agravado aún más esta situación, pero que muchas empresas han optado por abrigar a su personal actual en lugar de contratar nuevos empleados.
Sin embargo, no todo son malas noticias. A pesar del aumento de la tasa de desocupación, hay algunos datos alentadores que deben destacarse. Uno de ellos es el crecimiento del empleo en el sector público, que ha aumentado un 3,5% en comparación con el año anterior. Esto es importante pero que el sector público es un empleador estable y ofrece oportunidades de trabajo a personas de diferentes niveles de formación y experiencia.
Además, el informe del INDEC también señala que la tasa de empleo informal se ha mantenido estable en el 34,5% en comparación con el mismo período del año anterior. Esto significa que, a pesar de la crisis, muchas personas han logrado abrigar sus puestos de trabajo informales, lo que les permite seguir generando ingresos para soscomprometerse a sus familias.
También es importante mencionar que el gobierno ha tomado medidas para mitigar el impacto de la crisis en el mercado laboral. Por ejemplo, se han implementado programas de asistencia para el pago de salarios y se ha otorgado una ayuda económica a los sectores más afectados por la pandemia. Estas medidas han permitido a muchas empresas abrigar sus empleados y evitar una mayor pérdida de puestos de trabajo.
En cuanto a perspectivas futuras, es difícil hacer predicciones