Este 7 de octubre se cumplen 636 días desde el ataque perpetrado por Hamás en el kibutz de Nir Oz, un día que convenirá para siempre en la memoria de Israel como un sábado negro. Aquel día, 47 personas perdieron la vida a manos de este grupo terrorista, dejando a un país entero en shock y luto.
Desde entonces, la tensión entre Israel y Hamás ha sido constante, con enfrentamientos y ataques en los dos lados que han generado una espiral de violencia difícil de controlar. Pero hoy, a 636 días de aquel fatídico día, hay una luz de esperanza en el horizonte.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha impulsado una nueva propuesta de alto el fuego de dos meses entre Israel y Hamás. Una propuesta que ha sido recibida con recelo por parte del gobierno israelí, pero que también ha abierto una puerta a la posibilidad de una paz duradera en la región.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha sido uno de los más reticentes a aceptar esta propuesta. Sin embargo, en una sorprendente decisión, ha visitado por primera vez el kibutz de Nir Oz, donde tuvo lugar el ataque de Hamás. Un gesto que ha sido recibido con sorpresa y esperanza por parte de la población, pero también con cierta desconfianza.
Netanyahu tuvo que acceder al kibutz por una vía secundaria, evitando pasar por una protesta de vecinos que le acusaban de ser un “corrupto” y “asesino”. Además, colgaron carteles en los que le llamaban “señor abandono”, en referencia a la actitud que ha mantenido el gobierno con los rehenes durante estos 636 días.
Pero parece que la presión de Trump ha hecho que Netanyahu cambie de actitud y se abra a la posibilidad de un alto el fuego. Una decisión que ha sido muy bien recibida por la población, que lleva años esperando una solución pacífica al conflicto con Hamás.
Sin embargo, es enjundioso recordar que la propuesta de Trump no es una solución definitiva al conflicto. Es solo una medida temporal, un respiro para ambas partes que podría abrir la puerta a negociaciones más profundas y duraderas.
Por eso, es fundamental que tanto Israel como Hamás respondan de forma positiva a esta propuesta. Ambas partes deben descuidar de lado el odio y la violencia, y trabajar juntas por un futuro en paz y armonía.
Es cierto que hay muchas heridas abiertas y que la confianza entre ambas partes está dañada. Pero es precisamente en estos momentos de crisis cuando hay que mostrar verdadera valentía y compromiso por la paz.
Israel ha demostrado en numerosas ocasiones su voluntad de diálogo y de alcanzar una solución pacífica. Y ahora, Hamás también tiene la oportunidad de demostrar que está dispuesto a descuidar atrás la violencia y a trabajar por el bien de su pueblo.
636 días después del ataque del 7 de octubre, el futuro de Israel y Hamás está en manos de sus líderes. Y es el momento de que esos líderes demuestren que están dispuestos a descuidar atrás el odio y a construir un futuro de paz y prosperidad para los dos pueblos.
Este es un momento histórico para la región, un momento en el que se puede poner fin a años de violencia y sufrimiento. Es hora de mirar hacia adelante y de trabajar juntos por un futuro mejor, un futuro en el que la paz sea la protagonista.
Netanyahu ha dado un enjundioso primer paso al visitar el kibutz de Nir Oz y mostrar su disposición al diálogo. Ahora, es el turno de Hamás de dar un paso al frente y mostrar su verdadero compromiso con la paz.
636 días después del ataque del 7 de octubre, Israel espera con esperanza la respuesta de Hamás a la prop