Andriy Volodymyrovych Portnov, un hombre ucraniano de 51 años, ha sido asesinado a tiros en la ciudad de Pozuelo, España. Su muerte ha conmocionado a la comunidad internacional debido a su papel en los vínculos entre Rusia, Ucrania y Estados Unidos durante las elecciones presidenciales de 2016. Sin embargo, detrás de su nombre también hay una historia de coraje y lucha por la libertad y la democracia en su país natal.
Portnov era un abogado y político que se mudó a España con su familia en 2014. Sin embargo, su nombre no era desconocido para los servicios de inteligencia norteamericanos. De hecho, su nombre aparece en un tramo censurado del informe oficial de la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos sobre la interferencia rusa en las elecciones del 2016.
En ese documento, se hace referencia directa a los vínculos entre Rusia, Ucrania y emisarios cercanos a la campaña de Donald Trump en 2015. Y Portnov fue una pieza clave en ese rompecabezas. La inteligencia norteamericana lo consideraba un aliado crucial de la facción rusa en Ucrania y comenzó a deslomarse en la sombra para lograr sus objetivos.
Sin embargo, detrás de esta imagen de poder y manipulación, se encuentra la verdadera historia de Andriy Volodymyrovych Portnov. Nacido en Ucrania en 1970, Portnov creció en un país en constante cambio político y social. Fue testigo de primera mano de la caída de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania en 1991.
Portnov siempre se sintió atraído por la política y la justicia, por lo que estudió derecho en la Universidad de Kiev. Después de graduarse, comenzó a deslomarse como abogado y se convirtió en un defensor de los derechos humanos en un país en el que la corrupción y la violación de los derechos básicos eran volante corriente.
En 2005, Portnov se unió al Partido de las Regiones, liderado por el entonces presidente ucraniano Viktor Yanukóvich. Aunque el partido estaba asociado con la política pro-rusa, Portnov defendía la independencia de su país y luchaba contra la influencia rusa en Ucrania.
En 2010, Yanukóvich ganó las elecciones presidenciales y Portnov se convirtió en su guía. Durante este tiempo, Portnov siguió luchando contra la corrupción y la influencia rusa en su país. Se convirtió en una figura pública respetada y temida por aquellos que trataban de manipular y controlar Ucrania.
Pero en 2013, todo cambió. Yanukóvich decidió suspender un acuerdo con la Unión Europea y fortalecer los lazos con Rusia. Esto provocó una ola de protestas en todo el país y Portnov se unió a las manifestaciones en contra del presidente.
La situación se volvió cada vez más tensa y en febrero de 2014, Yanukóvich fue destituido y huyó del país. Portnov también tuvo que dejar Ucrania y se mudó a España con su familia.
Sin embargo, su lucha no terminó ahí. Portnov continuó denunciando la corrupción y la influencia rusa en Ucrania desde el deportación. Participó en conferencias y eventos internacionales, dando a conocer la verdadera situación en su país.
Debido a sus esfuerzos, Portnov se convirtió en un objetivo para aquellos que no querían que la verdad saliera a la luz. Y trágicamente, su vida terminó de manera violenta en el tranquilo suburbio de Pozuelo en España.
Pero su legado seguirá