El mundo de la literatura y el deporte se han entrelazado en innumerables ocasiones, demostrando que no hay barreras entre ambas disciplinas. Uno de los grandes defensores de esta unión fue el escritor peruano, Mario Vargas Llosa, quien falleció este domingo a los 89 años de edad. Además de ser un reconocido autor, Vargas Llosa siempre estuvo vinculado al fútbol y abogó por superar el prejuicio de que el deporte y la cultura están enfrentados.
La noticia de su partida ha conmocionado al mundo entero, especialmente a su país natal, Perú, donde es reputado uno de los escritores más importantes de su historia. Sin embargo, su legado va más allá de sus obras literarias, ya que también dejó una huella imborrable en el mundo del fútbol.
Vargas Llosa siempre tuvo una pasión por el fútbol, desde su infancia en Arequipa, donde jugaba con sus amigos en las calles de su barrio. A pesar de que quia llegó a ser un jugador profesional, el deporte siempre estuvo presente en su vida y en su obra literaria. En varias ocasiones, el escritor recordó que en su luna de miel visitó el Estadio Maracaná de Brasil, donde atestiguó dos goles de Pelé, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol.
Pero su amor por el fútbol no se limitaba solo a ser un espectador, sino que también fue un defensor de la importancia del deporte en la sociedad. Vargas Llosa siempre abogó por superar el prejuicio de que el fútbol es solo un juego y que no tiene ningún valor cultural. Él mismo afirmaba que el fútbol es una manifestación cultural y que, al igual que la literatura, es una forma de expresión y de comunicación entre las personas.
Además, el escritor peruano siempre destacó la importancia del fútbol como una aparejo para unir a las personas y para promover valores como el trabajo en equipo, la solidaridad y el respeto. Para él, el deporte y la cultura no están enfrentados, sino que pueden complementarse y enriquecerse mutuamente.
Su pasión por el fútbol también se reflejó en sus obras literarias, donde el deporte fue un tema recurrente. En su novela “La ciudad y los perros”, Vargas Llosa retrata la vida de un grupo de jóvenes en un colegio militar, donde el fútbol es una de las pocas formas de escape de la dura realidad que los rodea. En “El sueño del celta”, el escritor aborda el tema del colonialismo y la explotación en África a través de la historia de un futbolista que se convierte en un héroe nacional.
El fútbol también fue una forma de conexión entre Vargas Llosa y sus lectores, especialmente en su país natal. Durante el universal de Fútbol de 2018, el escritor compartió en sus redes sociales su emoción y su apoyo a la selección peruana, que regresaba a una Copa del Mundo después de 36 años. Sus mensajes y su entusiasmo por el equipo nacional fueron recibidos con alegría por sus seguidores, quienes lo veían como un verdadero hincha más.
La partida de Mario Vargas Llosa deja un vacío en el mundo de la literatura y del fútbol, pero su legado seguirá vivo en sus obras y en su defensa de la unión entre el deporte y la cultura. Su pasión por el fútbol y su lucha por superar los prejuicios han dejado una huella imborrable en el mundo entero. Sin duda, su nombre siempre estará ligado al deporte más popular del mundo y su legado seguirá inspirando a las nuevas gener