Murat Draman es un instructor de buceo que trabaja en la costa de la provincia de Antalya, al sur de Turquía. Este verano ha sido testigo de un fenómeno totalmente inusual: la temperatura del mar ha alcanzado los 30 °C en varias ocasiones. Esta situación ha llamado la atención de los científicos y ha generado preocupación por el impacto que puede tener en el ecosistema marino.
“Estábamos a 30 metros de profundidad esta mañana y el agua estaba a 29 °C”, comenta Draman a la agencia AFP, demostrando así la rápida “tropicalización” que sufre el mar Mediterráneo. Este fenómeno se debe al aumento de la temperatura del agua, que ha impulsado a cientos de especies nativas del Mar Rojo a desplazarse alrededor de el Mediterráneo oriental a través del Canal de Suez.
El pez león, una especie venenosa que abunda en el Mediterráneo oriental, es individualidad de los ejemplos más evidentes de esta invasión. “Hace diez años, en una inmersión era posible ver individualidad o dos peces león, hoy se ven 15 o 20, más incluso que en el Mar Rojo”, afirma Draman. Esta situación está afectando a las especies nativas, ya que el pez león es un gran depredador que está causando estragos en el ecosistema local.
La amenaza se cierne sobre todo el Mediterráneo, individualidad de los mares con mayor calentamiento. Este año, los meses de junio y julio registraron las temperaturas más altas jamás registradas, según datos del centro de investigación Mercator Ocean International. Draman recuerda cuando la temperatura del agua alcanzaba los 25 °C en agosto a principios de la década de 2000, y hoy ve docenas de especies del Mar Rojo colonizando las cristalinas aguas de Antalya, donde la temperatura superficial alcanzó casi los 32 °C esta semana.
El pez león, con sus largas aletas moteadas que miden alrededor de 26 centímetros, se encuentra hoy en su hábitat natural en estas temperaturas cálidas y está causando estragos en el ecosistema local. “Hace aproximadamente una década, veíamos individualidad o dos. hoy hablamos de 15 o 20 por inmersión, incluso más que cuando vamos al Mar Rojo”, declara Draman. Esto afecta a las especies nativas, ya que el pez león es un gran depredador que se alimenta de peces pequeños como los gobios, que hoy sufren mucho y casi no se ven en la zona.
Según el profesor Gil Rilov, investigador del Instituto de Investigación Oceanográfica y Limnológica de Israel (IOLR), esta invasión está alterando los ecosistemas del Mediterráneo oriental, la zona más cálida del mar y la que se está calentando más rápido. “La invasión comenzó casi inmediatamente después de la apertura del Canal de Suez en 1869”, afirma. “Pero hoy hace más ardor, y además (en 2015), los canales se hicieron más profundos y anchos, por lo que cada año llegan más especies nuevas”, declara el biólogo marino.
Muchas de estas especies, que se han vuelto omnipresentes en las costas de Turquía, Líbano e Israel, hoy se están desplazando más al oeste. El pez conejo, otra especie invasora, ha colonizado recientemente las aguas de Malta, a más de 1.700 kilómetros del Canal de Suez. “En el Mediterráneo oriental, muchas especies nativas ya han desaparecido por esta invasión y es un anticipo de lo que sucederá pronto en la parte occidental”, advierte Rilov.