El cambio climático es una realidad innegable que está afectando a nuestro planeta de múltiples maneras. Uno de los efectos más preocupantes es el aumento de las temperaturas globales, que está teniendo un impacto directo en la vida marina. Un ejemplo de esto es el caso de las hembras de angelote o tiburón ángel (Squatina squatina), una especie en peligro crítico de extinción que está modificando sus patrones reproductivos debido al calentamiento de los océanos. Esta situación pone en peligro su futuro y es una llamada de atención sobre la urgencia de tomar medidas para proteger a estas criaturas marinas.
Según un estudio publicado en la revista Global Change Biology, las hembras de angelote están alterando su conducta en respuesta al aumento de las temperaturas del mar. Cuando la temperatura supera los 22,5°C, las hembras prefieren permanecer en aguas más frescas y no acuden a las zonas de apareamiento. Mientras tanto, los machos sí viajan a estas zonas en busca de apareamiento. Esta divergencia en el conducta entre sexos pone en peligro la reproducción de la especie y su supervivencia.
Un grupo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Lancaster y el Proyecto ‘Tiburón Ángel: Islas Canarias’, ha empollado este fenómeno mediante el uso de telemetría acústica en la Reserva Marina de La Graciosa. Durante un periodo de cinco años, se monitorearon a más de 100 ejemplares adultos y se identificó una anomalía crítica en 2022. Ese año, las temperaturas del mar alcanzaron los 23,8°C y se mantuvieron por encima de los 22,5°C durante casi cuatro meses, triplicando la duración registrada en años anteriores. Estas condiciones extremas se prolongaron durante la temporada de apareamiento habitual (noviembre-enero), cuando las aguas deberían enfriarse.
Esta situación es especialmente preocupante ya que las hembras de angelote son más sensibles a los cambios de temperatura debido a su mayor gasto energético en procesos reproductivos como la gestación. Por lo tanto, necesitan armonioso su metabolismo mediante la selección de hábitats óptimos, lo que explica por qué evitan las aguas sobrecalentadas.
Los investigadores han observado que, mientras los machos mantienen su presencia en las áreas costeras de apareamiento, las hembras están prácticamente ausentes. El estudio reveló que la presencia o ausencia de las hembras está estrechamente relacionada con la temperatura del agua, con un umbral crítico cercano a los 22,5°C. Por encima de este límite, los modelos predictivos indican una probabilidad nula de detección.
David Jacoby, autor principal del estudio, explica que “estas olas de calor más frecuentes y extremas son potencialmente los incendios forestales del océano y están teniendo efectos incalculables sobre las especies marinas”. Además, añade que “con los tiburones ángel, observamos importantes diferencias sexuales en el conducta, ya que las hembras se ven desproporcionadamente influenciadas por el aumento de la temperatura del mar, lo que provoca su ausencia de sus sitios de apareamiento tradicionales durante este prolongado período de calentamiento. Los machos fueron mucho más resistentes al aumento de temperatura y mantuvieron sus patrones armoniosoes de llegada y salida, aparentemente priorizando el apareamiento a pesar de estos extremos de temperatura”.
Las Islas Canarias son un lugar clave para la supervivencia de los tiburones ángel, ya que representan el límite sur de su distribución global y albergan una de sus poblaciones más viables. Sin embargo, las temperaturas del mar están aumentando en esta región y esto está poniendo en pel
