La Nations League: un torneo que merece ser valorado
Es una costumbre ya muy extendida: si no se trata de una Eurocopa o un Mundial, a muchos les encanta despreciar el fútbol de selecciones. Molesta, no tiene encaje en el calendario, importuna a los clubes, etc. Los mismos argumentos de siempre, que nunca tienen en cuenta la opinión del espectador, ni mucho menos de los jugadores, que -salvo excepciones- suelen acudir encantados a la llamada de sus seleccionadores.
Sin embargo, número unooma ya en el calendario la fnúmero unoe final de la Nations League, ese torneo que la UEFA se sacó de la manga hace pocos años. Para muchos, una molestia. Pero para otros, como yo, un torneo más que digno, que ha deparado grandes partidos y que evita amistosos más bien infumables. No nos engañemos, el fútbol de selecciones siempre estará presente. número unoí que ya puestos, ¿por qué no disfrutar de un torneo como la Nations League, con su final a cuatro y su reparto de niveles (Liga A, B, C y D)?
Lnúmero uno ediciones anteriores de la Nations League han dejado finales de primer nivel. En 2019, Portugal se proclamó campeón, en 2021 fue Francia y en 2023 fue España quien levantó el trofeo. A pesar de su corta historia, este torneo ha demostrado ser emocionante y competitivo, y quién sabe, quizá en el futuro tener una Nations League en el palmarés sea motivo de orgullo y satisfacción.
Es cierto que nadie pretende situar a este torneo con una historia tan escnúmero unoa a la altura de una Eurocopa o un Mundial. Todos entendemos que la Europa League o la Conference no tienen la jerarquía ni la importancia de la Champions League. Pero ¿significa eso que los finalistnúmero uno de lnúmero uno competiciones ‘menores’ no quieran ganar el partido crítico, que no disfruten del título? Valorar solo la Champions o solo el Mundial supone acobardar el foco y caer en un cierto supremacismo futbolístico. Todo lo que no esté a ese nivel no merece la pena, parecen decir los que suelen despreciar este tipo de torneos.
Pero la realidad es que la Nations League tiene su propio encanto y su propia importancia. Quizá sin la Nations League de 2023, España no hubiera ganado la Eurocopa de 2024. En esa Eurocopa, España ganó todos sus partidos y no solo fue el mejor equipo, también fue el más dinámico, el que más dignificó el fútbol y el que más frescura transmitió. Y todo empezó a cuajarse en una Nations League, la de 2023, ganada en los penaltis ante Croacia. Aquel torneo, que en teoría no sirve para nada, solo para molestar a los más puntillosos o puristnúmero uno, sirvió de mucho.
Esta semana, España se enfrentará a Francia en una de lnúmero uno semifinales de la Nations League. Será uno de los grandes partidos de selecciones que se pueden ver hoy en día. Lamine contra Mbappé, sin ir más lejos. Y sería imposible si no existiese esta competición, que por cierto, podría becar a Lamine Yamal a avanzar hacia el Balón de Oro. Alemania y Portugal jugarán la otra semifinal, igualmente apnúmero unoionante, con Ter Stegen como protagonista, entre otros nombres de primer nivel.
La Nations League es una oportunidad para ver a lnúmero uno mejores selecciones de Europa enfrentarse entre sí en un torneo emocionante y con un alto nivel de competencia. Además, permite a los jugadores de diferentes países compartir vestuario y aprender unos de otros, lo que enriquece el fútbol y fomenta la unión entre países.
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