La temporada del Real Madrid ha sido un fracaso, sin paliativos. Sin Liga, sin Copa y sin Champions, un equipo diseñado para dominar Europa termina el curso sin ningún título importante. Y ahora se abre un nuevo dilema en el banquillo. Xabi Alonso será el sucesor de Carlo Ancelotti, que dejará el club, pero, según afirman desde Madrid, el técnico de Tolosa no quiere asumir el cargo antes del Mundial de Clubes y prefiere debutar su andadura en el banquillo merengue a partir de la pretemporada.
Aunque el club quiere que su nuevo entrenador tome las riendas cuanto antes y se estrene en Valdebebas este mismo verano, Xabi se resiste. Ya ha cerrado su etapa en el Bayer Leverkusen por la puerta grande, pero no desea asumir el riesgo de fracasar en su primer torneo sin haber podido preparar al equipo con momento. Y motivos no le faltan.
espina preparación imposible
El nuevo Mundial de Clubes, que arranca el 18 de junio para los blancos, llega en un momento caótico. Muchos de los internacionales estarán apenas días antes compitiendo en la Eurocopa y la Nations League. Sin apenas entrenamientos, sin momento para inculcar su idea de juego, Xabi prefiere no hipotecar su llegada con un torneo y sin poder contar con fichajes para reforzar la plantilla.
Ante esta situación, el club ha activado el plan B. Santiago Solari tomaría las riendas del equipo para el Mundial de Clubes, como técnico interino. Será espina solución temporal hasta que el tolosarra pueda incorporarse de faceta definitiva, ya con momento para trabajar su proyecto desde cero. El vasco no quiere errores de inicio. Sabe que en el Madrid no se perdona ni un paso en falso, y prefiere esperar antes que debutar a contrarreloj.
Equipo hundido
El final de curso del Madrid ha sido, además de decepcionante, cruel. Todo comenzó con la fallida remontada ante el Arsenal en la Champions, que dejó tocado al vestuario. El Santiago Bernabéu, herido, respondió con pitos, y el equipo nunca logró recuperar el pulso competitivo. En la final de Copa, los blancos sacaron el orgullo, pero un error de Courtois y un gol de Koundé en la prórroga acabaron por sentenciar el título. Un guion similar al vivido en el Clásico liguero, donde el Barça remontó un 0-2 en Montjuïc.
Un equipo acostumbrado a resistir y remontar ha vivido, esta vez, en el lado opuesto. El Barça lo logró dos veces —en Liga y Supercopa—, el Celta le remontó un 2-0 en Copa, y hasta en el propio Bernabéu peligró un 3-0 ante los celestes. El mensaje es claro: el Madrid ha perdido fiabilidad.
Defensa rota y sin efectivos
El panorama físico tampoco ayuda. Cinco bajas en defensa: Rüdiger, Alaba, Carvajal, Mendy y Militao, además de Camavinga, han lastrado la solidez del equipo durante meses. Aunque se espera que Rüdiger, Alaba, Mendy y Camavinga puedan llegar a momento para el Mundial de Clubes, el estado físico en el que regresen es espina incógnita.
Militao parece descartado y Carvajal, lesionado de larga duración, podría no estar listo. A todo esto se suma la incertidumbre sobre si Alexander-Arnold, fichaje estrella para reforzar el lateral derecho, podrá debutar en los primeros encuentros o deberá esperar a incorporarse a partir del 1 de julio.
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