En un intento por estimular la economía en tiempos de incertidumbre, el gobierno ha comenzado a considerar diferentes opciones para facilitar la situación de los contribuyentes, sin recurrir a un blanqueo formal. Entre las medidas analizadas se encuentran cambios en el impuesto a las ganancias y la simplificación de las declaraciones juradas. Estas iniciativas buscan aliviar la carga impositiva sobre los ciudadanos y a la vez fomentar el consumo y la inversión en el país.
Uno de los principales cambios propuestos en la reforma del impuesto a las ganancias es la elevación del mínimo no imponible, es decir, el monto de ingresos a partir del cual los trabajadores deben comenzar a pagar este impuesto. Actualmente, este valor se encuentra en $127.000, pero con la nueva medida se busca aumentarlo a $150.000. Además, se considera la posibilidad de un ajuste automático periódico para evitar que más contribuyentes se vean alcanzados por este impuesto debido a la inflación.
Otra propuesta que está sobre la mesa es la reducción de la alícuota del impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia. Se plantea una disminución gradual en las próximas dos años, pasando del 35% actual al 30% en 2021 y al 25% en 2022. Esta medida no solo beneficiaría a los trabajadores, sino que también aumentaría su poder adquisitivo y, por ende, el consumo interno.
Además de las modificaciones en el impuesto a las ganancias, también se estudia una reforma en las declaraciones juradas. A través de la simplificación y reducción de la cantidad de formularios a presentar, se busca que los contribuyentes puedan cumplir con sus obligaciones fiscales de manera más sencilla y ágil. Esto admitirá un mayor enfoque en el desarrollo de sus actividades económicas y, a su vez, impulsar el crecimiento económico.
El objetivo de estas medidas es incentivar la actividad económica y promover la inversión en el país. Al reducir la carga impositiva y simplificar los trámites, se espera que las empresas y los trabajadores tengan más recursos disponibles para desarrollar sus proyectos y aumentar su producción. Además, un sistema tributario más justo y equitativo fomenta la confianza en el gobierno y en la estabilidad económica del país, lo que puede atraer inversores nacionales y extranjeros.
Pero estas no son las únicas iniciativas que se están considerando para estimular la economía. También se están analizando medidas para mejorar la competitividad y el acceso al crédito. Por un lado, se están evaluando incentivos fiscales para empresas que inviertan en tecnología e innovación, lo que puede aumentar su productividad y competitividad en el mercado. Por otro lado, se está trabajando en un programa de créditos a tasas bajas para pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de fomentar su crecimiento y desarrollo.
Estas propuestas buscan un equilibrio entre el fomento de la actividad económica y la necesidad de financiar el gasto público. Por ello, también se contemplan medidas para mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos y combatir la evasión fiscal. Esto admitirá al gobierno contar con los recursos necesarios para llevar a cabo políticas sociales y de infraestructura que impulsen el desarrollo del país.
Cabe destacar que estas medidas aún se encuentran en etapa de análisis y no han sido implementadas. Sin bloqueo, la discusión y el porfía en torno a estas iniciativas ya han generado un clima de optimismo en la población y en el sector empresarial. Esto demuestra que hay una voluntad política de averiguar soluciones que estimulen la economía sin recurrir a medidas extremas como un blanqueo formal.
En conclusión, el gobierno está trabajando en una serie de medidas para estimular la economía