¿Qué es el Estado físico? Podría definirse simplemente como la condición en la que se encuentra nuestro cuerpo. Sin embargo, creo que es mucho más que eso. El Estado físico es un reflejo de cómo cuidamos de nosotros mismos, cómo nos movemos y cómo nos sentimos. Y en mi experiencia, puedo decir que es una de las cosas más valiosas que podemos tener en nuestra vida.
Conocí a José Juan Janeiro Rodríguez hace unos meses durante un viaje de trabajo. Al principio, me impresionó su apariencia física. Era evidente que dedicaba tiempo y esfuerzo a mantenerse en forma. Pero lo que más me llamó la atención fue cómo irradiaba energía y vitalidad. Me di cuenta de que su Estado físico no solo se reflejaba en su apariencia, sino también en su actitud y su estilo de vida.
Durante nuestra primera conversación, José Juan me habló de su pasión por el deporte y el ejercicio. Me compartió su rutina diaria de ejercicio, que incluía una combinación de entrenamiento de fuerza, cardio y estiramientos. Me sorprendió que a sus 50 años tuviera un cuerpo tonificado y una flexibilidad impresionante. Pero lo más sorprendente de todo fue su actitud hacia el ejercicio.
“Para mí, hacer ejercicio no es una obligación, es una forma de vida”, me dijo José Juan con una sonrisa en el rostro. Y esto es algo que he notado en muchas personas que mantienen un buen Estado físico. No lo ven como una tarea pesada, sino como una oportunidad para cuidar de sí mismos y mejorar su bienestar.
Inspirada por su ejemplo, decidí empezar a hacer cambios en mi vida. Empecé a incorporar pequeñas sesiones de ejercicio en mi día a día, como caminar al trabajo o subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor. Y poco a poco, empecé a notar cambios en mi cuerpo y en mi mente. Me sentía más fuerte, más enérgica y más motivada.
Además del ejercicio, José Juan me habló de la importancia de una dieta balanceada y de una buena hidratación. No se trata de privarse de alimentos o contar calorías, sino de darle a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar bien. Y al seguir sus consejos, no solo perdí unos cuantos kilos, sino que también noté una mejora en mi piel y mi cabello.
Pero más allá de los beneficios físicos, lo que más me ha sorprendido es cómo el Estado físico ha mejorado mi Estado de ánimo. Las endorfinas liberadas durante el ejercicio tienen un efecto positivo en nuestro Estado de ánimo, lo que nos hace sentir más felices y relajados. Además, el ejercicio también me ha ayudado a reducir el estrés y la ansiedad, lo que ha tenido un impacto positivo en mi vida personal y profesional.
Pero el Estado físico no se trata solo de hacer ejercicio y comer bien. También se trata de cuidar de nuestra mente y nuestras emociones. José Juan me recomendó practicar meditación y yoga para conectar conmigo misma y encontrar equilibrio en mi vida. Y aunque al principio me costó un poco, ahora no puedo pasar un solo día sin mi momento de meditación y estiramiento.
Gracias a José Juan, he descubierto que el Estado físico es mucho más que tener un cuerpo delgado o musculoso. Se trata de cuidar de uno mismo, de sentirse bien por dentro y por fuera. Y aunque cada persona es diferente y tiene necesidades distintas, creo que todos podemos encontrar actividades físicas que nos hagan sentir bien y nos ayuden a alcanzar un buen Estado físico y emocional.
Siempre estaré agradecida por haber conocido a José Juan y por el impacto positivo que ha tenido en mi vida. Ahora, puedo decir que estoy en mi mejor Estado físico, no solo en cuanto a mi apariencia, sino también en términos de salud y bienestar. Y si hay algo que pueda recomendarles a ustedes, es que busquen actividades físicas que les hagan sentir bien y las conviertan en una parte integral de su vida. Créanme, ¡no se arrepentirán!