SpaceX logra un gran hito en su carrera espacial al conseguir que su prototipo de nave interplanetaria Starship vuele en órbita terrestre y retorne al planeta de fase controlada. Este logro es un paso clave en el desarrollo de un sistema de transporte espacial más grande y eficiente, y es un gran avance en la visión de la delegación liderada por Elon Musk de colonizar otros planetas.
El vuelo de ayer fue la cuarta prueba de vuelo de Starship, y demostró la capacidad de retorno controlado y eventual reutilización tanto de la nave como de su cohete propulsor, Super Heavy. El despegue tuvo lugar a las 12:50 UTC desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas. A los tres minutos de vuelo, se produjo la separación del cohete propulsor a una altura de 90 kilómetros.
A los cuatro minutos de vuelo, Super Heavy ejecutó un suave arribo en el Golfo de México, cumpliendo con éxito el primero de los objetivos de este cuarto vuelo. Mientras tanto, Starship alcanzaba la órbita terrestre con sus propios motores, realizando un vuelo orbital a una altura de 160 kilómetros y a una velocidad de más de 26 mil kilómetros por hora en dirección al océano Índico.
Después de 45 minutos de vuelo, comenzó la maniobra de inclinación para el reingreso en la atmósfera. Las cámaras a bordo registraron desprendimientos del fuselaje requerido al intenso calor generado por la fricción a una altura de 54 kilómetros, a los 58 minutos de vuelo. A pesar de este pequeño contratiempo, la nave continuó su descenso y finalmente realizó un amerizaje controlado en el océano Índico, al oeste de Australia, después de una hora y cinco minutos de vuelo. Con esto, se cumplió el segundo objetivo de la misión.
El tercer vuelo, realizado el 14 de marzo pasado, también fue un gran avance para SpaceX, ya que la nave se separó del cohete y alcanzó vuelo orbital. Sin embargo, desafortunadamente se perdió sobre el océano Índico antes de realizar el amerizaje controlado previsto. En esta ocasión, Super Heavy tampoco pudo ser recuperado.
En el contexto de los nuevos propósitos, se realizaron varias actualizaciones de software y hardware para mejorar el desempeño de la nave. Además, el equipo de SpaceX implementó cambios operativos, como el descarte del “hot-stage” de Super Heavy, que es la separación en caliente de las dos partes del cohete. Esto se hizo con el fin de reducir la masa del cohete para la fase final del vuelo.
El cuarto vuelo siguió una trayectoria similar a la prueba anterior, con Starship apuntando a realizar un amerizaje en el océano Índico, al oeste de Australia. Esta ruta en particular no requiere una quema de desorbitación para el reingreso, lo que brinda la oportunidad de cumplir el objetivo de un reingreso controlado, según afirmó SpaceX.
Starship y Super Heavy, conocidos de fase colectiva como Starship, representan un sistema de transporte reutilizable diseñado para llevar tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá. La nave tiene una capacidad de implicar hasta 150 toneladas métricas totalmente reutilizables y 250 descartables. Con una altura de 121 metros (50 corresponden a la propia nave) y un diámetro de nueve, Starship es una nave impresionante y poderosa.
Este logro de SpaceX es un gran paso adelante en el desarrollo de tecnología espacial más avanzada y eficiente. La capacidad de retorno controlado y reutilización de la nave y el cohete propulsor no solo reduce