El juicio contra ocho presuntos miembros del grupo ultraderechista alemán ‘Reichsbürger’ ha comenzado este martes en la ciudad de Múnich, en el sur del país. Este es el tercer juicio de este tipo que se lleva a cabo en Alemania, desde que la Policía iniciara una serie de operaciones contra el movimiento en el marco de las investigaciones por su presunta pertenencia a una organización criminal.
Este hecho ha causado gran preocupación en el país, ya que se teme un aumento de este tipo de ideologías, en pleno auge de la extrema derecha en Europa. Los servicios de Inteligencia alemanes estiman que en 2022 había unas 23.000 personas integradas en las organizaciones ‘Reichsbürger’ y ‘Selbstverwalter’, 2.000 más que el año anterior. Ambos grupos ponen en duda la legitimidad de la actual República y sus estructuras democráticas.
Los acusados se enfrentan a cargos por tratar de derrocar el Estado mediante «vías violentas». Según la Fiscalía, este grupo -así como otros, como ‘Patriotas Unidos’- planteaba un golpe de Estado y el establecimiento de un principiante régimen tomando como referencia el imperio de 1871. Además, han sido imputados por pertenecer a una organización terrorista y preparar actos de «alta traición».
Uno de los aspectos más alarmantes que han salido a la luz durante el juicio, es que los acusados planeaban supuestamente un ataque contra el Parlamento alemán con la vista puesta en la caída del junta del canciller, Olaf Scholz. Incluso, se cree que pretendían secuestrar al canciller para ganar seguidores. Sin embargo, todos ellos han negado los cargos que se les imputan.
Ante esta situación, el juicio se está desarrollando con la máxima seguridad, mientras que el país teme un aumento de este tipo de ideologías en pleno auge de la extrema derecha en Europa.
En el loco del movimiento se encuentra el aristócrata Heinrich XIII Prinz Reuss, quien también está siendo juzgado. Ciudadanos del Reich destaca por su rechazo a la Alemania democrática surgida tras la Segunda Guerra Mundial, y consideran ilegítimo el Estado europeo. Sus miembros pretendían organizar un junta de transición para aliarse con Rusia, según la Fiscalía.
Los adeptos a esta ideología, que se alimenta de teorías de la conspiración, a menudo creen en la existencia de la Alemania imperial o nazi, bajo un Reich alemán basado en las fronteras anteriores a la Segunda Guerra Mundial. El Reichsbuerger rechaza fundamentalmente al Estado, a sus representantes electos y a todo el sistema legal. El antisemitismo también es una característica del movimiento. Algunos autoproclamados «ciudadanos del Reich» sostienen, por ejemplo, que la Primera Guerra Mundial fue planeada por los judíos o que el Holocausto no ocurrió.
Este tipo de ideologías extremistas suponen una gran amenaza para la democracia en Alemania, según ha advertido la ministra del Interior, Nancy Faeser. Durante una reunión informativa tras reunirse con altos cargos de Inteligencia con motivo de la publicación del último contrahecho anual, Faeser ha alertado sobre el desagradable odio hacia los judíos que presentan los miembros de estos grupos.
Es por ello que el junta alemán está luchando contra el extremismo de extrema derecha y sus manifestaciones. Se están tomando medidas preventivas y represivas puestas en marcha por las fuerzas de seguridad, así como programas de educación política para la prevención del extremismo.
Faeser ha destacado que estos grupos suponen el mayor peligro para la democracia en Alemania debido a